La Leyenda de “Little Bastard“ (el auto de James Dean)


El 21 de Septiembre de 1955, James Dean compró el coche con el que moriría y se convertiría en una leyenda. Un Porsche Spyder 550 al que llevó a un taller donde pintaron el número de competición 130 y el nombre que Dean había dispuesto para su nuevo coche: “Little Bastard“. El día 30 de ese mes, James Dean junto a su mecánico Rolf Weutherich, su amigo Bill Hickman y el fotógrafo Sandford Roth se dirigieron a Salinas para hacer un reportaje sobre la carrera. El mecánico y el fotógrafo seguían el Porsche de James Dean que viajaba con su amigo Bill de copiloto. Casi a las seis de la tarde, en la intersección de la Ruta 466 con la 41 en Cholame apareció un Ford Tudor conducido por Donald Turnupseed, un joven de veintitrés años. El Ford giró a la izquierda para coger la intersección, Dean creyó que le vería acercarse y disminuiría la velocidad o la aumentaría para quitarse de en medio. En lugar de esto, el Ford se quedó en mitad de la calzada bloqueando el camino de James Dean. El golpe fue brutal, el Porsche salió despedido y lanzado contra un poste. James Dean murió instantáneamente por rotura de cuello y otras lesiones internas, su acompañante se rompió el cráneo y se partió una pierna y Donald, el conductor del Ford solo se había roto la nariz. Pero como si la desgracia y la muerte se hubiesen quedado grabados en la carrocería de “Little Bastard”, otros acontecimientos extraños tuvieron lugar con los restos del Porsche. Algún tiempo después, el dueño del taller y quien había pintado el nombre del coche de James Dean adquirió los restos de “Little Bastard” para vender las piezas que se habían salvado. Cuando llevaron el coche a su taller, el coche resbaló de la grúa que lo transportaba cayendo sobre un mecánico rompiéndole las dos piernas. udieron salvar el motor, la transmisión y las llantas. El motor y la transmisión se vendieron a dos médicos amantes de las carreras de Beverly Hills, Troy McHenry y William Eschrid. El doctor McHenry murió al estrellarse contra un árbol y el doctor Eschrid sufrió un grave accidente del que se libró por muy poco. Un neoyorkino compró dos llantas que instaló en su coche y que reventaron mientras conducía sufriendo un accidente. Pero la maldición de “Little Bastard” aún no había terminado. Dos ladrones se colaron en el taller donde se guardaba el coche para sustraer algunas piezas y venderlas. Uno de ellos se destrozó el brazo mientras intentaba robar el volante y el otro también se hirió de gravedad mientras intentaba arrancar el asiento manchado de sangre de Dean. La Patrulla de carreteras de California adquirió de forma temporal a “Little Bastard” para una exposición itinerante de seguridad vial. En una de esas exhibiciones, el garaje donde se encontraba el Porsche ardió en llamas, devorando a todos los coches que había allí… excepto a “Little Bastard”. A los dos años de la muerte de James Dean, en una de esas exhibiciones, el Porsche se cayó de donde estaba colocado rompiendo la cadera de un espectador. Tiempo después, en una nueva exhibición que tendría lugar en Salinas (lugar donde murió Dean) el camión que transportaba a “Little Bastard” sufrió un accidente al colisionar con otro vehículo, lanzando despedido al conductor por el parabrisas, pero el Porsche resbaló y le cayó encima, matándolo. Finalmente Barris volvió a prestar el auto ahora a la policía de Miami y en el trayecto a Los Angeles Little Bastard desapareció misteriosamente y hasta la fecha no se sabe que fue de él. (Texto extraido de Ares Cronida)

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