La mitología de Irlanda

Ireland

Gran parte de la mitología de Irlanda se conservó gracias a que la literatura medieval irlandesa ha sido preservada y debido a esto hay material suficiente como para distinguir 4 ciclos diferentes: el ciclo mitológico, el ciclo de Ulster, el ciclo de Fenian y el ciclo histórico.

El ciclo mitológico: comprende historias de antiguos dioses y orígenes de los irlandeses, es el último bien conservado de los cuatro ciclos.

El ciclo de Ulster: compuesto por historias heroicas centradas en el comienzo de la era cristiana, la mayor parte de su acción tiene lugar en las provincias del Ulster y Connacht y tratan de las vidas de Conchobar mac Nessa (el rey del Ulster), el gran héroe Cúchulainn (el hijo de Lug) y sus amigos, amantes y enemigos.

El ciclo de Fenian: conocido como el Ciclo de Fionn, Ciclo de Finn, Ciclo de Fianna, Cuentos finianos,
Cuentos Fian, Ciclio Féinne, Ciclio Feinné y Ciclio Ossiánico, es un cuerpo de prosa y verso que se centra en las hazañas del héroe mítico Fionn mac Cumhaill y sus guerreros del Fianna Éireann

El ciclo histórico:  la historia de la familia y la genealogía del rey al que servían era registrada por los poetas de la corte mediante poemas que mezclaban lo mitológico y lo histórico en mayor o menor grado. Las historias resultantes forman este ciclo.


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Viracocha, el dios de las Varas (Mitologia Peruana)



Viracocha también se le denomina el dios de la varas es el dios principal del ámbito andino. Quizás su gran difusión se debe a que los religiosos católicos buscaban un nombre para explicar a los naturales el concepto de dios. Añadieron a su nombre otras palabras a fin de recalcar su calidad de ser supremo y de esa manera se formó el nombre en quechua de: Apu Qun Tiqsi Wiraqucha (Apu Kon Titi Wiracocha).

Es un dios creador y ordenador del universo y el mundo.Según algunos mitos se menciona que en un principio, Viracocha creo el cielo y la tierra, a la que pobló con plantas, animales y hombres. Era un universo caótico al que Viracocha pone fin emergiendo de las profundidades del sagrado lago Titikaka y convirtiendo en piedras a los proto-hombres sin ley. 

Luego, ordenó el cosmos en tres niveles, Hanan Pacha, Kay Pacha y Uqu Pacha. Los nuevos seres humanos fueron creados a partir de rocas y ubicó a sus hijos Inti (sol) y Mama Quilla (luna) junto a las estrellas cubriendo el cielo, en el norte ordenó las funciones que cumplirían los pueblos, animales, plantas, ríos y seres del planeta. Cuando terminó su obra se marchó caminando sobre la espuma del mar. 

Se lo define como un dios nómade, capaz de gobernar todo lo que se ve y lo que no se ve. Su compañero, el pájaro Inti, un colibrí con alas de oro tendría la facultad de conocerlo todo sobre el presente y el futuro.

En este tipo de relatos, hay coincidencia en mencionar que Viracocha es el dios supremo o hacedor del mundo.

Aportado por Cressente
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Amigas Para Siempre. Leyenda urbana


Año 1982. Alicia y Sara eran dos chicas, ambas de 15 años, e íntimas amigas desde la más tierna infancia. Vivían en el mismo barrio, estudiaban en el mismo instituto, iban a la misma clase... en fin, eran inseparables. Sin embargo, tenían caracteres muy diferentes. Alicia era alegre y extrovertida, mientras que Sara era
muy tímida y callada.

Cierto día, Sara le propuso a Alicia:
- ¿Por qué no hacemos un juramento de sangre?
- ¿Qué?
- Mira, por si algún día perdemos el contacto, juramos que la que muera antes de
nosotras dos, irá a avisar a la otra.
- Qué tontería, Sara, nosotras siempre estaremos juntas.

Ante la insistencia de Sara, y entre asombrada y divertida, Alicia al final aceptó la propuesta. Ambas se practicaron un corte con una navaja en el dedo índice de la mano derecha, y sellaron el pacto a la luz de unas velas.
Pasaron los años. Alicia había terminado sus estudios de derecho, tenía un buen trabajo, una casa preciosa y un marido y un hijo maravillosos. Hacía mucho que no veía a Sara, la amiga de su juventud, aunque a veces se acordaba de ella cuando se veía la cicatriz de su dedo índice. Al final, la vida les había llevado por caminos distintos y no habían vuelto a verse desde que acabaron el instituto.

Una noche, Alicia tuvo una horrible pesadilla: iba conduciendo, cuando de repente un camión invadía su carril y chocaba con su coche.
Se despertó empapada en sudor, y justo en ese momento, oyó llamar al timbre de la casa. Eran las 3 de la madrugada. Miró a su marido, que dormía profundamente a su lado, en ese momento, el timbre volvió a sonar con insistencia. Maldiciendo por lo bajo y preguntándose quién podría ser a esas horas, Alicia se levantó y fue a abrir la puerta.
Cuando abrió la puerta y vio a la mujer que estaba en el porche, abrió la boca, totalmente anonadada. Aunque había cambiado bastante, la reconoció enseguida.
Allí, terriblemente pálida, ojerosa y con una enorme herida sangrante en la cabeza, estaba su antigua amiga Sara.
- ¡Por Dios, Sara! ¿Qué ta ha ocurrido? Entra, te curaré esa herida.
- ¡Cuánto tiempo sin vernos!
Sara no se movió de donde estaba.
- He venido a cumplir mi promesa, Alicia. He muerto y vengo a decírtelo.
Alicia se quedó sin habla.
- Ya que la vida nos ha separado, estaremos juntas en la muerte. Te estaré esperando...- dijo Sara levantando el dedo índice. Acto seguido, desapareció.

Alicia empezó a notar un dolor persistente en su propio dedo índice, al mirárselo descubrió que lo tenía empapado en sangre, como si se le hubiera vuelto a abrir el corte que se hiciera años atrás... Lanzó un alarido estremecedor y cayó desvanecida al suelo.
Al día siguiente, despertó en su cama y pensó que todo había sido un mal sueño.
Encendió el televisor para desayunar, y lo que vio la dejó helada: la noche anterior, a las 3 de la madrugada, había habido un accidente de tráfico: un camión había chocado con un coche, y la conductora del mismo había fallecido en el acto.

A partir de aquél día, su vida se convirtió en un auténtico infierno. No comía, se olvidaba de recoger a su hijo en el colegio, no rendía en el trabajo... Y todas las noches tenía el mismo sueño, en el cual oía llamar a la puerta, y al abrir veía a Sara levantando el dedo índice y diciendo "te estaré esperando", tras lo cual
siempre se despertaba con un dolor insoportable en su dedo lleno de sangre.

Su marido no entendía lo que le estaba pasando, los médicos no encontraban ninguna explicación, y finalmente internaron a Alicia en un psiquiátrico.
Allí no hizo sino empeorar, ahora en sus pesadillas veía a Sara junto a su cama.
Una noche, un celador del psiquiátrico oyó un espantoso ruido de cristales rotos que provenía de la habitación de Alicia.
Al entrar en la habitación vio que la ventana estaba rota, se asomó y vio a Alicia tirada sobre la acera en medio de un charco de sangre. Tenía una gran herida en la cabeza y a su lado, en el pavimento, alguien había escrito con su sangre: "AMIGAS PARA SIEMPRE".

Aportado por Modrag
Desconozco la fuente y el autor del relato, si alguien sabe puede informarlo para agregarlo.

Imagen Cortesia de Stockvault.net
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Orcos

Orcos... esos seres monstruosos y feos

Se utiliza este término para designar a numerosos monstruos de la mitología celta. Su existencia surge a partir de la necesidad de dar una explicación a los asaltos y muertes en campos y bosques.
En español se suele usar «ogro» para referirse a este tipo de criaturas.

Tanto los orcos y los goblins, están estrechamente emparentados con el Trasgo, célebre por su estupidez e inmoralidad.

En los libros de J. R. R. Tolkien se utiliza la palabra orc («orco») para designar un humanoide desagradable y agresivo. Este tipo de «orco» de las obras El hobbit  y El Señor de los Anillos es el que ha sido más popular a la hora de describirlo y usarlo en literatura, juegos de rol y films.

Su sociedad está estructurada en clanes o tribus, obviamente el que gobierna el clan es el miembro más fuerte. Debido a su carácter belicoso entra en disputa con otros clanes y hace incursiones a poblados humanos donde destruyen todo a su paso, la fuerza bruta es lo que prima,no son muy inteligentes pero son guerreros impresionantes y con alto grado de resistencia al dolor, cuando atacan es por la noche ya que sienten aversión al sol, viven de la caza y de los saqueos.

Estos humanoides miden cerca de 2 metros, de piernas arquedas y largos brazos, su piel grisacea verdosa y con dientes caninos desarrollados, enemigos de los elfos y de los humanos y como si fuera poco no destacan por su lealtad :S

Las principales razas:
Orogs: orcos de élite, son guerreros muy fuertes y disciplinados por lo que van encabezando el ejército orco, son una mezcla entre orcos y ogros de altura superior a los 2 metros.
Semiorcos: son orcos mestizos, resultado de la mezcla con otros humanoides, cuentan con sus propias creencias y dioses.

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Los Elementales





Teofrasto Paracelso los describe por primera vez en las obras alquímicas de (1493–1541) Son seres mitológicos divididos en 4 categorías, están conectados con los 4 elementos y de ahi proviene su nombre. Antiguamente se creía que eran demonios y algunas personas en la actualidad siguen pensando lo mismo.

Los tipos de elementales descritos eran cuatro:
Agua: Ondinas
Fuego: Salamandras
Tierra: Gnomos
Aire: Sílfides
Salamandra Elemental fuego

Son amados y temidos a la vez ya que podían provocar tanto beneficio como daño, son espíritus juguetones, animados, traviesos, incansables trabajadores de la naturaleza y también debido a estas características han sido manipulados para hacer mal, ya que su concepto del bien y del mal no esta muy bien definido.
  Un detalle curioso es la similitud con que han sido representados en las diferentes culturas, siendo representados como dioses mitológicos y eran objeto de privilegios, por parte de los sacerdotes y del pueblo, también se les invocaba para la protección de los 4 elementos. 
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La leyensa del Kakuy




Vive en la selva un pájaro nocturno que, al romper el silencio de las breñas, estremece las almas con su lúgubre canto. Ese ave tiene una historia.
Si bien los otros mitos y leyendas populares evocan amenazas, crímenes o diablos, en el grito del kakuy plañirá eternamente el dolor humano.
En épocas muy remota, dicen las tradiciones indígenas, una pareja de hermanos habitaba su rancho. Vivían solos desde la muerte de sus padres.
El era bueno; ella era cruel; el muchacho amaba a su hermana, pero ella acibaraba sus días con recalcitrante perversidad. Desesperado, abandonaba en ocasiones la choza, internándose en las marañas del monte.
Vagando él triste por las umbrías, pensaba en ella; las algarrobas más gordas, los mistoles más dulces, las más sazonadas tunas, llevaba al rancho para alimentar a su hermana. También llevaba sábalos pescados en el remanso del río o tal vez un quirquincho de la barranca próxima.
Palmo a palmo conocía su monte, y siendo cazador de tigres, además, protegía la morada. Insigne buscador de mieles, nadie tenía más despiertos ojos para seguir la abeja voladora que llevara a su colmena. Todo esto le costaba trabajo y pequeños dolores; pero su hermana, en cambio, se mostraba indiferente, como gozándose de sus penas.
Volvió una tarde sediento, herido y fatigado. Pidió entonces a su hermana un poco de agua para beber y limpiarse las heridas. Ella, malvada, la dejó caer en el suelo. El hombre, una vez más, ahogó su desventura. Al siguiente día le hizo lo mismo con la comida.
Cansado de tantos desprecios, la invitó a acompañarlo a un sitio distante, donde había descubierto miel; pero su invitación encubría designios de venganza.
Cuando llegaron allí la hizo subir al árbol más alto. Cuando ella se hubo instalado allá, el empezó a descender por el tronco, desgajándolo a hachazos. Una vez en tierra, huyó sigilosamente.
Presa quedó en lo alto la infeliz. Transcurrieron instantes de silencio. Ella habló. Nadie le respondía.
Abandonada a semejante altura, sobre un tronco liso y largo sin otras ramas que aquellas a las que se aferraban sus manos, espiaba para ver si el hermano reaparecía por ahí. La acometían deseos de arrojarse, pero la brusquedad del golpe la amilanaba.
Mientras tanto, la noche iba descendiendo. La garganta le había quedado muda y la lengua se le pegaba en la boca con sequedad de arcilla. Tiritaba de frío y sentía el alma mordida por implacables remordimientos. Los pies, en el esfuerzo anómalo con que ceñían su rama de apoyo, fueron desfigurándose en garras de búho; la nariz y las uñas se encorvaron y los dos brazos abiertos en agónica distensión, emplumecíeron desde los hombros a las manos. Se vio de pronto convertida en ave nocturna.
Así nació el Kakuy. La pena que se rompió en su garganta llamando a aquel hermano justiciero es el grito que aún resuena en la noche por el monte santiagueño, gritando:
- ¡Kakuy! ¡Turay! ¡Kakuy! ¡Turay!

Fuente: http://www.oni.escuelas.edu.ar/2002/santiago_del_estero/madre-de-ciudades/kakuy.htm
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