Verónica, según la tradición cristiana, fue la mujer que, durante el Viacrucis, tendió a Cristo un velo para que enjugara el sudor y la sangre. En la tela, conocida como paño de la Verónica quedaron milagrosamente impresas las facciones del Redentor.
Se la suele rendir culto por su vinculación con la figura de Cristo, y es muy común su representación pictórica o escultórica portando el paño. En ocasiones, el personaje de Verónica se identifica con el de la Hemorroísa.
El paño de la Verónica sería una de las reliquias que se consideran vera icon o sea, verdaderas imágenes de Cristo, como el Mandylion de Edesa, la Sábana Santa de Turín o el Santo Sudario de Oviedo.
En cuatro lugares distintos se conservan reliquias conocidas como el paño de la Verónica:
* Basílica de San Pedro (Roma, Italia)
* Catedral de Nuestra Señora de la Asunción (Jaén, España)
* Basílica del Sacré Cœur (París, Francia)
* Monasterio de la Santa Faz (Alicante), España.
La paradoja de la multiplicidad de paños es justificada por los creyentes mediante la posibilidad de que Verónica doblara el pañuelo dos veces antes de que la sangre de Jesús se secara, con lo que serían cuatro las imágenes obtenidas.
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