Las amazonas



Las amazonas (en griego antiguo Ἀμαζόνες) son en las mitologías clásica y griega una antigua nación formada por mujeres guerreras, posiblemente con base histórica. Heródoto las situaba en una región fronteriza con Escitia en Sarmacia. Fueron reinas amazonas notables Pentesilea, que participó en la Guerra de Troya, y su hermana Hipólita, cuyo cinturón mágico fue objeto de uno de los doce trabajos de Hércules. Las amazonas solían representarse en el arte clásico batallando con guerreros griegos en amazonomaquias.
En la historiografía griega y romana hay diversos relatos de asaltos de amazonas en Asia Menor. Las amazonas fueron asociadas con varios pueblos históricos durante la antigüedad tardía. A principios de la Edad Moderna el término pasó a aludir a las mujeres guerreras en general.
Se decía que las amazonas habían vivido en Ponto (actual Turquía) cerca de la costa del mar Euxino (mar Negro), donde formaron un reino independiente bajo el gobierno de una reina llamada Hipólita (‘la que deja sueltos sus caballos’). Se suponía que habían fundado muchas ciudades, entre ellas Esmirna, Éfeso, Sinope y Pafos.
Según el dramaturgo Esquilo, en un pasado lejano, habían vivido en Escitia, en el Palus Maeotis (‘Lago Mareotis’, el mar de Azov), pero luego se trasladaron a Temiscira, al Termodonte (el río Terme, al norte de Turquía). Heródoto las llamó Andróctonas (‘asesinas de varones’) y afirmaba que en lengua escita eran llamadas Oiorpata, que habría tenido este significado. Mientras que, en la Ilíada, se nombra a las amazonas como Antianiras (‘las que luchan como varones’).
En algunas versiones del mito, ningún varón tenía permiso para mantener relaciones sexuales o residir en el país de las amazonas; pero, una vez al año, para evitar la extinción de su raza, estas visitaban a los gargarios, una tribu vecina. Los niños varones que resultaban de estas visitas era sacrificados, enviados de vuelta con sus padres o abandonados a su suerte; las niñas se quedaban con ellas, eran criadas por sus madres y adiestradas en las labores del campo, la caza y el arte de la guerra.
Invadieron Licia, pero fueron derrotadas por Belerofonte, quien había sido enviado a luchar contra ellas por Yóbates, el rey de este país, con la esperanza de que encontrase la muerte a manos de las amazonas. La tumba de Mirina se menciona en la Ilíada, e interpretaciones posteriores la hicieron una amazona: según Diodoro, la reina Mirina las llevó a la victoria contra los atlantes y los gorgones.
Atacaron a los frigios, que fueron ayudados por Príamo, por entonces joven. A pesar de esto, en su vejez, hacia el final de la Guerra de Troya, sus antiguas oponentes se pusieron de su lado contra los griegos bajo el mando de su reina Pentesilea «tracia de nacimiento», quien fue muerta por Aquiles. Todos estos hechos se relatan en la Etiópida.
Uno de los trabajos impuestos a Heracles por Euristeo fue conseguir el cinturón de la reina amazona Hipólita. Para dicha tarea, le acompañó su amigo Teseo, quien raptó a la princesa Antíope, hermana de Hipólita, un incidente que llevó a la invasión del Ática en represalia, donde Antíope pereció luchando junto a Teseo. En algunas versiones, sin embargo, Teseo se casaba con Hipólita y en otras lo hacía con Antíope, quien no moría. La batalla entre los atenienses y las amazonas se conmemora con frecuencia en un género artístico completo, la amazonomaquia, en bajorrelieves de mármol como el del Partenón o las esculturas como las del mausoleo de Halicarnaso.
También se decía que las amazonas emprendieron una expedición militar contra la isla de Leuce, en la embocadura del Danubio, donde las cenizas de Aquiles habían sido depositadas por Tetis. El fantasma del héroe muerto se apareció aterrorizando a los caballos, que tiraron y pisotearon a las invasoras, obligándolas a retirarse. Se dice que Pompeyo las encontró en el ejército de Mitrídates.
Se oye sobre ellas en la época de Alejandro Magno, cuando algunos de sus biógrafos mencionan que la reina amazona Talestris le visitó y fue madre con él; sin embargo, otros biógrafos cuestionan esta afirmación, incluyendo a Plutarco. En sus escritos, este menciona un momento en que el segundo comandante naval de Alejandro, Onesícrito, estaba leyendo el pasaje sobre la amazona de su historia de Alejandro al rey Lisímaco de Tracia, que participó en la expedición original: el rey le sonrió y dijo «¿Y dónde estaba yo, entonces?.
La caracterización por parte del escritor romano Virgilio de la doncella guerrera volsca Camila en la Eneida toma mucho prestado del mito de las amazonas.


Culto heroico

De acuerdo con fuentes antiguas (el Teseo de Plutarco y Pausanias), las tumbas de amazonas podían encontrarse frecuentemente por todo lo que entonces se conocía como mundo griego. Algunas se hallan en Megara, Atenas, Queronea, Calcis, Escotusa en Tesalia y Cinoscéfalos, habiendo también estatuas de las amazonas por toda Grecia. Tanto en Calcis como en Atenas Plutarco cuenta que había un amazoneum o altar de las amazonas, lo que implicaba la presencia tanto de tumbas como de un culto. El día anterior a las Teseas se ofrecían en Atenas sacrificios anuales a las amazonas. En época histórica las doncellas griegas de Éfeso ejecutaban una danza circular anual con armas y escudos, que había sido establecida por Hipólita y sus amazonas. Inicialmente había erigido estatuas de madera de Artemisa, un bretas.

Fuente: Wikipedia.-
Fuente de las Imagenes: taringa.net.-pobladores.com

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