La Traicion de Set



No le fue demasiado difícil a Set terminar con la vida de su buen hermano, el gran rey Osiris, a pesar de la constante vigilancia que mantenía Isis sobre sus idas y venidas, ya que ella sí que conocía bien a su malvado hermano y no confiaba en absoluto en sus manejos.
Después de intentar una y otra vez asesinarlo sin éxito, finalmente Set urdió un plan que le permitiera burlar a Isis y así mandó construir una caja muy rica y bella, con el tamaño exacto de su hermano.
Con la caja en su poder, Set organizó una gran fiesta, a la que invitó a Isis y a Osiris, junto a otros setenta y dos personajes, que no eran otros que sus aliados en el siniestro plan.
Terminada la fiesta, Set comentó que había ideado un juego, consistente en ver quién de todos los presentes cabía mejor en aquella magnífica arca, y para el afortunado había reservado un grandioso premio.
Los invitados probaron suerte, pero ninguno daba el tamaño adecuado, así que le tocó el turno a Osiris y él sí que llenaba por completo el hueco de la caja, pero no había tal premio, los presentes se abalanzaron en tropel y encerraron al rey dentro de ella; luego la lanzaron al Nilo y el río arrastró la caja y su carga hasta el mar.
Isis salió en persecución del arcón y Neftis se le unió rápidamente en la búsqueda, mientras Set y sus seis docenas de compinches celebraban precipitadamente la supuesta victoria del usurpador.
Las dos hermanas mientras tanto, daban con la caja en la que había sido encerrado Osiris y comprobaban que ya no era sino un despojo.
Con sus tristes lamentos y llantos, las hermanas conmovieron a los dioses y estos decidieron volver de nuevo a la vida al infortunado Osiris, mandándolas que amortajasen su cuerpo embalsamado en vendas, dando así la pauta para el posterior rito funerario, o que reuniesen sus restos para poder insuflar de nuevo la vida en su destrozado cuerpo, según la versión correspondiente.

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