El Arca de la alianza o el Arca perdida


Probablemente sea el objeto más valioso, sagrado y poderoso sobre la faz de la tierra. Es una Arca hecha de madera rectangular empolvoreada con acacia de oro, y en cada extremo se alza un querubín, con las alas extendidas, lo maravilloso de este objeto no es su apariencia, sino lo que guarda en su interior, es nada menos que las dos tablas de piedra que le fueron otorgadas a Moises, de las manos de Dios con los 10 mandamientos, también se dice que guarda el maná en un jarrón de oro, la vara florecida de Aaron, y un libro de la ley de Dios. La arca era guardada en el templo de Jerusalén y era sacada en cada batalla, dicha arca simbolizaba la unión de Dios y el hombre, pero se perdió cuando el rey Nabucodosonor destruyó el templo de Jerusalén, y desde ahí su paradero es incierto. - El Arca en Etiopía Etiopía es un país lleno de misterios, desde su nombre cuyo significado es "rostro quemado" pasando por ser la cuna del fascinante Nilo Azul, hasta las iglesias excavadas en la Roca de Lalibela, cuya secreta construcción aún no ha conseguido ser desentrañada por los estudiosos. Pero los misterios no han hecho más que comenzar. Estas tierras contienen restos paleontológicos de los orígenes de la humanidad, monolitos que llegan a alcanzar los 34 metros de altura bellamente decorados, restos del magnífico Palacio de la Reina de Saba o el Arca de la Alianza guardada por los muros de la Iglesia de Santa María de Sión en Axum, que según cuenta la leyenda fue traída a este país por Menelik I, el hijo de la Reina de Saba y el sabio Salomón. Cuenta la leyenda que el primer emperador de Etiopía fue Menelik, por ello los monarcas etíopes se denominaban "negus" cuyo significado es "Rey de Reyes". En cuanto a las hipótesis sobre el paradero del Arca Sagrada, señalaremos en primer lugar la aportada por el incansable investigador británico Graham Hancock, narrada en su bestseller Símbolo y Señal, el cual durante muchos años siguió la pista del Arca de la Alianza desde su misteriosa desaparición bíblica. En 1983 Hancock oyó hablar por primera vez de su conexión con Etiopía, mientras escribía un libro sobre este país africano. Hancock fue corresponsal político en Etiopía y en su visita a la ciudad de Axum, conoció al que afirmaba ser guardián del Arca o Tabot. Se trata, como indica Hancock, de nueve trozos de madera, "cuadrados unos, otros rectangulares, ninguno de más de dieciocho pulgadas de largo, y de ancho ni más de tres de grueso", siendo la mayoría muy simples, "pero todos llevaban alguna inscripción que reconocí como ge'ez, la antigua lengua litúrgico de Etiopía", y algunos pocos "tenían también grabadas cruces y otros emblemas", quien le relató la leyenda del hijo de Salomón y Belkis, y su relación con el objeto sagrado. En 1989 un periodista británico hizo una declaración que sacudió al mundo. La legendaria Arca Perdida no se encontraba perdida en realidad sino a salvo, escondida en una iglesia de Etiopía a donde había sido trasladada secretamente hace más de 1000 años. Pero si el Arca estuvo todo este tiempo en Etiopía, cómo pudo el resto del mundo no darse cuenta de ello. Parte de la respuesta puede estar en la leyenda de cómo se transportó el Arca desde Israel hacia Etiopía. La Biblia narra que en tiempos de Salomón, Jerusalén era visitada por la misteriosa reina de Saba. Los etíopes creen que era una reina etíope. Cuenta la leyenda que de la unión de Salomón y la reina de Saba, nació Menelik I, primer rey de Etiopía. Años más tarde Menelik fue enviado a casa de su padre en Jerusalén para recibir educación, a pesar de los esfuerzos de Salomón para que se quedara, Menelik regresó a Etiopía con el primer hijo del sumo sacerdote. La tradición cuenta que se llevaron consigo el Arca y la colocaron en una especie de tabernáculo en un templo en la isla de Elefantina, cerca del río Nilo, donde permaneció por 800 años hasta que el rey Ezana de Etiopía la llevó hasta su emplazamiento actual en Axum. ¿Qué sucedió luego de esos 800 años? Etiopía fue convertida al Cristianismo y el rey cristiano llegó con sus ejércitos, llevó el Arca a Axum y la colocó en la Iglesia de Santa María de Sion donde esta desde entonces. Extrañamente el Arca es el punto central del culto y la adoración cristiana en Etiopía, cada una de las 20.000 iglesias de Etiopía contiene una réplica del Arca de la Alianza. Al Dr. J.O. Kinnaman, fundador del Museo Nacional de Etiopía, se le permitió entrar en el templo de Santa María de Sión en Axum para que contemplara el Arca que allí se custodia. No pudo tomar fotografías, pero si realizó unos bocetos. Tesis parecida a la de Hancock sostiene el escritor Grant Jeffrey, en Profecías de Armagedón, que narra una conversación con el príncipe Stephen Menghesa, biznieto del emperador Haile Selassie y supuesto descendiente directo, por tanto, de Salomón y Menelik. Menghesa refirió a Jeffrey que tras la proclamación del Estado de Israel en 1948, muchos falashas etíopes empezaron a discutir planes para el retorno del Arca de la Alianza a Israel y ayudar a la construcción del Tercer Templo, que contribuiría a una auténtica atmósfera de paz y concordia, uniendo a cristianos, judíos y musulmanes y enterrando para siempre las voces amigas de la eterna discordia, ideal que muchos atribuyen también a la Orden del Temple.

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